En este día internacional del acordeón, quiero rendir homenaje a mi instrumento, a mis manos y a la música. 

Soy masajista y músico, y veo mi vida profesional y mi afición como dos artes inseparables que me permiten expresar toda mi creatividad e imaginación, y desarrollar la sensibilidad, la destreza y la coordinación. 

Notas en una partitura, gestos precisos de masaje… Mis manos sienten, aprenden, recuerdan y luego se dejan llevar por la música.

Cuando toco el acordeón, me gusta sentir la vibración del instrumento contra mi pecho, notar el abrir y cerrar delicado y regular del fuelle como el de nuestro diafragma. 

Las manos lo saben, han aprendido dónde colocarse y cómo moverse sobre la botonera. El acordeón está frío, pero siento todo su «calor» interior. Los dedos se articulan y adquieren velocidad, destreza. Me siento completamente uno con mi instrumento, al ritmo de las notas y de la melodía que llena la sala. 

Cuando doy un masaje, pongo las manos sobre la persona, establezco contacto y la siento. La práctica del Shiatsu me ha enseñado a escuchar la persona. Es su cuerpo y su alma los que me darán el tempo del masaje, la música que utilizo es solo un acompañamiento para su expresión. 

Todo mi cuerpo está en movimiento y da el masaje (incluso durante un tratamiento facial). Mis manos son las del artista, creando una obra única cada vez en el lugar y el momento presente. 

Es maravilloso poder combinar dos sentidos tan importantes, la sensibilidad de las yemas de los dedos y la de los tímpanos. 

La intuición y la simpatía que desarrollo y expreso durante un masaje me ayudan a interpretar una partitura bien afinada con más emoción y corazón. 

Del mismo modo, la extrema agilidad, la coordinación de las manos, los gestos y el rigor del acordeón me permiten seguir aprendiendo y mejorando cada vez más en los masajes. 

Hace tiempo que asimilé la importancia del tacto. Dar y transmitir a través del contacto físico.

También entendí lo que es tener una pasión que te transporta y da un nuevo sentido a tu vida. 

¡Haz las cosas con amor y ama lo que haces!

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